En 1972, una película cambió para siempre el concepto criminal del cine norteamericano. Desde ese momento, los grandes capos de la mafia se convirtieron en las estrellas indiscutibles del género y condujeron al "noir" hacia la parte más amarga del Sueño Americano. Así surgieron, uno tras otro, los clásicos modernos protagonizados por padrinos superados (y traicionados) por su propio poder: el "Scarface" de De Palma, "Muerte entre las flores", "Promesas del este"... Y, por encima de todas ellas, un genio llamado Scorsese y la mejor trilogía jamás filmada. Una oferta de esas que uno nunca puede rechazar.