«El escritor, bueno o malo, siempre se desnuda si es sincero»

Andreu Martín (Barcelona,1949) estudió psicología. Trabajó como guionista de cómic para la desaparecida editorial Bruguera y colaboró en revistas catalanas, castellanas y francesas como Destino, Cambio 16, Tiempo, El jueves, Gimlet, Comix Internacional, Metropol, Totem i Cimoc. En 1979 decidió escribir su primera novela Aprende y calla. Entre sus novelas policíacas destaca Prótesis, que ganó el premio Círculo del Crimen 1980, El hombre de la navaja, que obtuvo el Premio Hammet 1989 y Si es no es con el Deutsche Krimi Preis Internacional 1992, entre otros. En el campo de la literatura juvenil, Andreu Martín también tiene una larga trayectoria. Empezó con su amigo Jaume Ribera con quien ha escrito toda la saga del detective Flanagan que ya tiene doce títulos y varios premios. Martín también ha escrito en solitario para jóvenes y niños, como Vampiro a mi pesar o El amigo Malaspina, dos de sus novelas preferidas. También ha escrito guiones para cine y televisión y obras de teatro. Sus obras han sido traducidas al alemán, al francés, al italiano, al portugués y al holandés y también al vasco y al bable.

-Complete la frase: «Los festivales de novela negra…»
Son reuniones de amigos.

¿Qué libro impregnaría con gasolina para que ardiera bien?
Ninguno. Ni ‘Mein Kampf’. Ni aquellos de la formación del espíritu nacional de mi niñez.

-¿Qué le produce vergüenza ajena?
La gente que habla sólo para hacer ruido con la boca.

-¿Qué es para usted una musa?
Un ser fantástico.

-¿Cuántas novelas acabadas o inacabadas tiene en el cajón?
Cinco.

-¿Cómo fue el momento en que decidió ser escritor?
Casual.

-¿Cómo valora el creciente papel de las redes sociales a la hora de dar a conocer una novela?
Lo valoro positivamente si son complementarias. Negativamente si son sustitutorias.

-¿Cree que la tribu literaria se ha aburguesado y vive menos polémicas que hace unas décadas?
Me relaciono poco con la tribu literaria. Debo de estar aburguesándome.

Me produce verguenza ajena la gente que habla sólo para hacer ruido con la boca.

-¿Cómo definiría el estado del mercado literario actual?
¿Fatal?  ¿Catastrófico?  ¿Calamitoso?  ¿Vergonzoso?  ¿Abochornante?

-¿Qué género o géneros no se cree capaz de abordar en una novela?
No se me ocurre ninguno. El romántico, tal vez.

-¿Ha tenido sexo alguna vez gracias a sus novelas? ¿Cómo fue?
Sí. Bien.

-¿Prefiere vender cien mil ejemplares de una novela mediocre o mil de una gran obra alabada por la crítica?
Procuro no escribir novelas mediocres y hace tiempo que la crítica me ignora, así que no sé cómo contestar a esta pregunta.

-¿Qué es lo más extraño que ha hecho para documentar o preparar una novela?
Meterme cinco veces en las alcantarillas de Barcelona. Y otras cosas.

-¿Considera necesario desnudarse para poder ofrecer al público una buena novela?
El escritor, bueno o malo, siempre se desnuda si es sincero. Otra cosa es que alguien se interese por contemplar su desnudo.

-¿Cree legítimo estimularse con alcohol o drogas para escribir?
Lo creo una demostración de incapacidad o de inseguridad. Si sales a ligar y no quieres hacer el ridículo, no te emborraches.

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