«Un profesional debe ser capaz de abordar cualquier género siempre que cobre por ello»

Juan Ramón Biedma nace en Sevilla, estudia Derecho, y se dedica durante años a la gestión de emergencias, actividad que ha compartido con la de locutor de radio, guionista y crítico cinematográfico, así como con la colaboración en diversas publicaciones y antologías.

El manuscrito de Dios (Ediciones B), Mención Especial del Jurado en la Semana Negra de Gijón del 2004 y finalista del Memorial Silverio Cañada, supone su debut en el campo de la novela, iniciando una trayectoria que se vería continuada con El espejo del monstruo (Ediciones B) y El imán y la brújula (Ediciones B), premios Hammett, NOVELPOL y Crucedecables a la mejor novela policiaca del 2007. Sus siguientes trabajos fueron El efecto Transilvania (Roca Editorial) y la novela gráfica Riven. La ciudad observatorio (Ediciones B). En junio del 2010 publica El humo en la botella (Salto de Página) nominada al premio Hammett y Premio Especial de la Dirección de la Semana Negra 2010, premio NOVELPOL. En febrero del 2011 aparece Antirresurrección (Ediciones Dolmen) Nominada al NOVELPOL 2012 y al premio CELSIUS a la mejor novela fantástica del año.

En septiembre del 2014 es galardonado con el Premio Valencia de Novela Negra convocado por la Diputación de Valencia por su obra Tus magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado., editada por Lengua de Trapo en febrero de 2015. Su última novela es La lluvia en la mazmorra, editada por Versátil en 2016.

Sus obras, continuamente reeditadas, citadas y seguidas por un numerosísimo grupo de lectores incondicionales, han sido traducidas hasta ahora al portugués, griego, alemán, ruso y turco.

-Complete la frase: «Los festivales de novela negra…»
… son el nuevo circuito de proyección para los lanzamientos editoriales.

¿Qué libro impregnaría con gasolina para que ardiera bien?
Cualquiera de Donna Leon.

-¿Qué le produce vergüenza ajena?
Los buenos escritores ignorados dentro y fuera del mundo editorial. Los malos escritores ensalzados dentro y fuera del mundo editorial.

-¿Qué es para usted una musa?
Otro de los estomagantes tópicos que tanto gusta mencionar a los seguidores de escritores sin talento.

-¿Cuántas novelas acabadas o inacabadas tiene en el cajón?
Ninguna.

-¿Cómo fue el momento en que decidió ser escritor?
Desde que tengo memoria, siempre he querido ser escritor.

-¿Cómo valora el creciente papel de las redes sociales a la hora de dar a conocer una novela?
Las redes son un cambio significativo para la difusión de las novelas, muy útiles siempre que no olvidemos que, sea cual sea su dimensión, suponen un círculo más o menos cerrado.

-¿Cree que la tribu literaria se ha aburguesado y vive menos polémicas que hace unas décadas?
La tribu no  se ha aburguesado sino que vive tan obsesionada con sobrevivir a su proceso de extinción que apenas se atreve a alzar la voz para no precipitar dicho proceso.

La tribu no se ha aburguesado sino que vive tan obsesionada con sobrevivir a su proceso de extinción que apenas se atreve a alzar la voz para no precipitar dicho proceso

-¿Cómo definiría el estado del mercado literario actual?
Una industria organizada alrededor de dos niveles bien diferenciados: la lonja comercial (que es la que verdaderamente interesa a quienes dirigen el tinglado) y el mercadillo literario (de carácter residual). Todo lo demás es relleno.

-¿Qué género o géneros no se cree capaz de abordar en una novela?
Un profesional debe ser capaz de abordar cualquier género siempre que cobre por ello, hasta los más execrables. Únicamente me siento inhabilitado para trabajar gratis.

-¿Ha tenido sexo alguna vez gracias a sus novelas? ¿Cómo fue?
Continuamente. Suele ser muy satisfactorio para la otra parte o al menos son lo bastante amables para no decirme lo contrario.

-¿Prefiere vender cien mil ejemplares de una novela mediocre o mil de una gran obra alabada por la crítica?
No concibo la posibilidad de escribir una novela mediocre pero sí la de vender mucho más de cien mil ejemplares.

-¿Qué es lo más extraño que ha hecho para documentar o preparar una novela?
Quedarme en casa trabajando durante el fin de semana, levantarme temprano en vacaciones… toda clase de locuras.

-¿Considera necesario desnudarse para poder ofrecer al público una buena novela?
Desde luego que hay una búsqueda interior pero tan sinuosa que no la llamaría desnudarse.

-¿Cree legítimo estimularse con alcohol o drogas para escribir?
Creo legítimo estimularse con alcohol o drogas para realizar cualquier actividad.

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